domingo, 6 de junio de 2010

Esto, ha sido todo, amigos




Perlimplín les agradece la atención y el interés mostrado
y les dice: colorín colorado, este cuento se ha acabado.

El mundo sigue girando y arrieritos somos, así es que, en el caminito nos encontraremos.
Gracias, Gonzalo, bachiano de pro, por tu compliciadad en tantas cosas.
Gracias, jaycee, por tu incipiente amistad.
Gracias, Brisa, por mostrame realmente cómo soy. Te estaré eternamente agradecido.
Gracias, John, por tus miradas de soslayo.
Y a todos los que se han paseado por aquí sin hacer ruido, gracias, también por no haber hecho expresa vuestra conmiseración para conmigo. Mil gracias a todos y que seáis muy felices.
Yo, me voy a vivir fuera de la red. Intentaré emular a Nureyev en este magistral preludio de Claudio Debussy ilustrando musicalmente la belleza extraña pero vital -nada que ver con virtualidades- del no menos magistral poema de don Estéfano de Mallarmé L'après midi d'un Faune.
A soñar toca, pero no equívocos.

À tout à l'heure, mes amis.