martes, 5 de abril de 2011

Primavera (3): Poemas de la Consagración. 1ª Parte


Toda creación supone en su origen una especie
de apetito que hace presentir el descubrimiento.
Poética Musical - I. Stravinsky

El espíritu dirige su soplo adonde quiere.


Estos poemas de nuestro amigo Héctor Amado, suscitados por la audición y visionado de la 1ª versión de La Consagración de la Primavera, la coreografiada por Vaslav Nijinsky en 1913, están prologados por una nota que el mismo Héctor recomendaba leer antes de afrontar la lectura de su intento de poner texto a las emociones sugeridas por esta obra capital de la música del siglo XX. Decía:

"Ha sido tal el impacto causado en mí por la contemplación y escucha de esta maravillosa e inquietante historia de la atávica Rusia, tan perturbadoramente puesta en música y danza, tan sugerentemente puesta en decorados y vestuario, por estos genios de lo maravilloso (no sé de qué eslava lámpara salidos: Stravinsky, Nijinsky, Roerich, Diágilev), que no he podido resistir la tentación de intentar, si quiera torpemente, expresar ese interior impacto emocional en forma de poemas. He querido que la estructura poética siguiera -creo que con resultado igual de torpe-, el estilo de la obra músico-coreográfica; es decir: compulsión, atavismo, tradición, misterio, visceralidad, rito, apelación al inconsciente -no sé si colectivo-... todo ello con ese lenguaje "nuevo", esa propuesta entonces tenida como revolucionaria y que aún hoy día es capaz de seguir estimulando la inspiración de tantos. En fin, así, en los poemas, una estructura de flashes sugeridores, de imágenes ancestrales, de expresión conceptual que raye en lo musical: la fuente de donde surge su razón de ser.
Perdóneseme -repito por tercera vez- este torpe intento que no sé si logrará lo pretendido: poner texto a la emoción pura ante la manifestación de la Belleza indomable y fresca de la Primavera que renace en la música, la danza, la plasticidad y el colorido de la imagen."

Así pues, aquí está este intento. Lo ofreceré en dos entregas, como la misma exposición de la Consagración: ahora, Poemas de la Consagración: 1ª parte.
Después del segundo post dedicado a la Consagración (Consagración II, con las versiones coreográficas 2, 3, 4 y 5), subiré los Poemas de la Consagración: 2ª Parte.


PARTE I
Adoración de la Tierra

Introducción
Flota,
en el aire detenido,
el sonido
de un fagot
ahogado;
va despertando,
con su agudo sonar,
un fragor in crescendo,
de síncopas y acordes,
de sonoro viento,
en confuso murmullo
de replicantes
instrumentos
inspirados.

Despierta la primavera;
se despereza
con bostezos
modulados
y trémolos sostenidos,
y silbidos aflautados,
y claros clarinetes,
disonantes,
en profusa algarabía...

Al cabo,
vuelve la calma,
y en su despertar,
la clamorosa primavera,
estirándose,
se vuelve a hacer fagot prolongado
hasta cuerdas
percutidas
en porfiada pulsación.


Augurios Primaverales
Enérgico baile
de hormonas congregadas
al pie del monte sagrado;
sobre los prados reverdecidos
expresan, incontenibles
y festivas, la excitación
que palpita en los cuerpos rebrotados.
La hechicera acude
sembrando augurios
e invocaciones a Yarilo, el eslavo
dios de la fertilidad
y la gloriosa juventud,
quien reclama el sacrificio,
para sí,
de una virgen.
Las adolescentes celebran,
entonces, el rito
para conjurar la elección:
en grupos homogéneos danzan,
y danzan,
y danzan,
y danzan,
disuelta su identidad
en el número sin nombre.

Juego del Rapto
Después,
juegan al rapto
de aquella que será
La Elegida:
formando parejas, ensayan
la entrega,
el darse al otro fecundante
-el dios, el hombre-
que las confirmará fértiles,
dotándolas, así, de un Ser múltiple,
preñado, ya,
prodigiosamente de lo Otro:
la Vida Renovada.


Rondas Primaverales
La exaltación de la danza
cede el paso al ensueño
del pausado retoñar:
se abren, ilusiones, las corolas,
y los pétalos sonrientes
ceden su vistoso color;
seres fabulosos sobrevuelan
el ubicuo verdor que reviste
valles y colinas, y escala
las escarpadas cimas
del fulgente pasmo.

Trinidades enlazadas,
donde lo trino es todo
surgido de la nada,
convocan el valor y la memoria
que habitan las entrañas de la Tierra.
Los jóvenes comparten deseos
y los viejos esperanzas;
las danzas se suceden
a latidos disonantes
de una exuberante naturaleza:
el ritmo de los trinos diversos
y el pujar de su verde cabellera
contagia la roja savia
que inyecta de pasión
los ojos anhelantes y temerosos.

¿Quién será la Elegida?
¿Quién habrá de entregarse,
desafortunada Afortunada,
a la lujuria del dios
que engendre en Ella,
despiadadamente fecundo,
con inmarcesible prosperidad?

Las adolescentes,
en trabados tríos
y engarzadas parejas
ahuyentan, dichosas,
el temor que paraliza,
y en brazos de un trémolo de clarinete
se confían al abrigo de la tribu
que las acoge a golpes de timbal.


Juego de las tribus Rivales
En cónclave, las tribus,
representan escenas de guerra
y de amistad;
se exalta a la tierra que florece,
a los campos que germinan,
al cielo azul y a las fuentes
que fluyen cantando
los blancos sueños de las cumbres.

Todo es simulacro
jubiloso;
los juegos se suceden,
se olvida, prendido a la danza,
el motivo del ritual.

La espera es un corcel
que forja cabriolas en el aire;
es batahola de alegría
exhalada por las fauces del dragón;
es comunión de emociones desbocadas
que culminan, ordenadas,
en arcana procesión.


Cortejo del Sabio / Adoración de la tierra / Danza de la Tierra
Ojos en el cielo,
corazón impasible, el Sabio
llega transportado por la devoción.
Cesa el festejo, y regresa
la fascinación cincelando estatuas.

Es el tiempo del culto:
besa el Sabio la tierra,
y ella le devuelve el beso
mil veces florecido.
Viento, cuerda y viento,
llevan y traen auspicios
y enigmas desentrañados,
y expectativas por cumplir
en alas de aliento suspendido...

...Para después estallar
en un frenesí convulso
de cuerpos poseídos:
es la Danza de la Tierra,
que promete la entrega
del valor de lo que da
con un trepidante ritmo
de cuerdas sincopadas
y metales fundidos...
en espiral de exaltación.

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Consagración de la Primavera
Igor Stravinsky - Vaslav Nijinsky
Orquesta y Ballet del Teatro Mariinsky


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