jueves, 21 de junio de 2012

El bucle de la Historia (3)





...Para las siguientes dos propuestas daremos un considerable salto en el tiempo de más de veinte siglos. También cambiaremos la perspectiva: pasaremos de la perspectiva singular a la plural; de la modélica acción individual a la imperiosa reacción colectiva.
Hasta aquí el bucle de la Historia se ha ilustrado con dos ejemplos en positivo de lo que ésta --la Historia-- nos ha legado, y que muy bien podrían aleccionarnos acerca del tipo de líderes que cabría esperar en épocas críticas y turbulentas (como la que nos toca vivir en el tiempo presente, sin ir más lejos). A partir de aquí, en los dos siguientes posts se ejemplificarán los casos opuestos. ¿qué ocurre cuando quienes detentan el poder no poseen las virtudes que les son preceptivas y/o exigidas? ¿qué sucede cuando los gobernados (electores o súbditos) sienten sobre sí la injusticia, la ineptitud o la arbitrariedad de sus gobernadores? La respuesta queda vista para sentencia: la revuelta, el motín, la revolución. Se intentará presionar o cambiar por la fuerza a quienes se consideran los culpables del mal. El pueblo se levanta, alza su voz y esgrime sus razones (que cuando no atienden a la Razón, se sustentan en la fuerza). A Alejandro Magno le hicieron un motín en Opis, porque los guerreros más veteranos, que iban a ser licenciados, espléndidamente pagados y devueltos a casa, no querían dejar el ejército, no le querían dejar a él, creyendo que su Jefe se deshacía de ellos porque prefería nutrir sus tropas con fuerzas de los territorios conquistados. El genial macedonio tuvo, tras un gran discurso en el que sentó las bases de su pensamiento y plasmó las motivaciones que le habían llevado a emprender tan magna empresa, que hacerlos a todos hijos suyos para que desterraran cualquier asomo de animadversión hacia ellos (el concederlos el derecho a la philia implicaba, entre otros, el derecho al beso: probablemente nunca nadie recibiera en una sola ocasión tantos besos como los recibidos por Alejandro aquel día); la reacción de los amotinados macedonios ya la quisieran para sí tantos responsables de revueltas (algo así pasaría también tras la muerte de César, cuando la plebe, casi convencida por sus honestos y honrados asesinos (Bruto, su hijo, entre ellos), de la conveniencia del magnicidio por el bien de la República, Marco Antonio, en otro discurso memorable, tornó la voluntad del pueblo convenciéndoles de cuán más grande, excelente y magnánimo era el asesinado que sus viles y desagradecidos asesinos. Al fin, Bruto no andaría tan errado --aunque errara el yerro--, pues el heredero de César, Augusto, tras acabar con Lépido y Marco Antonio, finiquitaría la República e instauraría el Imperio).


El Motín del Pan

...De soluciones extremas hablamos. De cómo los pueblos, cuando son llevados hasta el límite de su aguante, reaccionan (¿no deberían?) violentamente contra quienes los empujan a esa situación. Se denominan genéricamente motines de susbsistencias a las protestas en forma de levantamientos populares ante extremas condiciones de penuria o carencia de alimentos básicos; habitualmente subsecuentes a previas situaciones ya de por sí extremas (sequías, escasez por guerra, cataclismos, ineptitud o crueldad de los gobernantes). El caso que nos va a ocupar seguidamente no fue ni el primero ni el único, pero fue nuestro, ocurrió a cuarenta kilómetros del lugar desde el cual escribo estas notas. Hay que retrotraerse al siglo XIX, heraldo imprescindible de un siglo XX atroz para la Historia de la Humanidad (¿hay otra?). Estamos en el ecuador de ese romántico siglo, en España, en aquella España políticamente azarosa, alternante y dubitativa, eminentemente campesina y retrasada en lo social. Isabel II es aún muy joven y llama a un exiliado Baldomero (General) Espartero para que con Leopoldo O'Donnell tome las riendas del poder: será el llamado Bienio Progresista. Espartero fue un hombre estimado por el pueblo, buen militar que ya cruzara espada en la Guerra de la Independencia, continuara en el virreinato de Perú y se confirmara comandando las victoriosas tropas Realistas Isabelinas en las Guerras Carlistas. Mas su estilo de gobernar era dictatorial, severo, rígido, castrense. Hombre justo que valoraba la lealtad sobre la obediencia debida, fue tan honesto que incluso Juan Prim, tras el derrocamiento de Isabel II en la revolución de 1868, le llegó a proponer la corona del Reino de España; Corona que rechazó (a la sazón, Espartero ya era octogenario).

...La confluencia de tres causas están en el origen de lo que habría de desembocar en un levantamiento popular en la Tierra de Campos castellana en 1856, en lo que se conocería como El Motín del Pan.
...Previamente a aquel año, en 1854, una epidemia de cólera azotó el norte de Castilla, diezmando campos y aldeas, y como consecuencia despoblando tierras que precisaban del necesario laboreo para las cosechas. Fue la primera causa.
...En Febrero de 1856, se daba término a la Guerra de Crimea, que supondría el fin de las ansias expansivas del Imperio Ruso. Provocada por un belicoso Zar Nicolás I, le cabría el dudoso honor de ponerla fin a otro: el Zar Alejandro II, menos dotado para las cuestiones militares pero mucho más eficaz en las sociales y civiles (él se encargaría de la mayor reforma de Rusia desde los tiempos de Pedro El Grande). Pues bien, este hecho provocó la caída del precio del trigo (que había subido gracias a la necesidad de aprovisionar a los ejércitos y países contendientes. Por cierto, otra de las opciones posibles para resolver crisis económicas: ¿cuántas guerras no se habrán provocado o habrán servido para este cometido?). ¿Resultado? El precio no era ya tan competitivo y se dejaron de cultivar muchas tierras, dado que, además, no venía un año climatológicamente bueno.  Esta fue la segunda de las causas.
...El de 1856 fue un año en que los idus temporis seguían cebándose con Castilla la Vieja: tormentas, lluvia y viento a destiempo --en los primeros meses-- encharcaron surcos y malograron sementeras; no se auguraban buenas cosechas. En efecto las cosechas serían parcas. Esta fue la tercera causa.
...Como un cuarto Jinete del Apocalipsis se podría considerar la desalmada consecuencia de las tres anteriores causas: debido a la escasez y a lo bajo del precio, los comerciantes de grano acapararon el producto para provocar la subida del precio, las harineras incrementarían el suyo a niveles inasumibles, y al final de la cadena, los panaderos, no serían menos, encareciendo otro tanto el pan y haciendo caso omiso a la recomendación del gobierno central. Una población diezmada y empobrecida veía cómo un bien de primera necesidad, como era el pan, desaparecía de las calles, y el que había se debía pelear al precios muy superiores a lo habitual.

...En junio, el gobierno, que ese año había aumentado precios y subido impuestos, reacciona tarde y tímidamente: prohíbe las exportaciones para evitar que escasee aún más el trigo y dictamina que el pan se venda no más que a un real la pieza. La exportaciones no se harían pero la recomendación sobre el precio no se atendió. Como tampoco se atendería el requerimiento sobre la disponibilidad de harina para elaborarlo, pese a haberse comprometido las harineras a hacerla posible.
...Como suelen suceder estas cosas, todo comenzó por un hecho aislado (aunque existiera un clamor generalizado). Y fue en Valladolid: una clienta que logra, tras esperar durante horas, acceder al pan se encuentra con un precio superior al estipulado --incluso en bando público de la regiduría de abastos: (un real la pieza)--, discute con la panadera, llegan a las manos, hay rifi-rafe, los ánimos se caldean, los clientes de la cola, ya suficientemente desesperados, reaccionan, alguien grita: "pan barato y que mueran los compradores". Se produce la algarada: asaltan la panadería... Pero no acaba aquí la cosa: se ha abierto la caja de los truenos, el alma del pueblo se revela, se ha cansado de aguantar, de soportar mentiras y especuladores, de gobernantes que no miran por el bien de sus ciudadanos, y de terratenientes y mercaderes desalmados que se aprovechan de la ocasión. Se produce el tumulto que se extiende como la pólvora; los cabecillas son mujeres de vestidos raídos y sus maridos de pantalones remendados. De Valladolid se propaga la revuelta a Palencia y Medina de Rioseco, poblaciones donde tendrá una mayor importancia, después a Benavente, Burgos e incluso Salamanca. La muchedumbre amotinada se dirige a las fábricas de harina y a los silos de los depósitos de Abastos: a aquéllas las queman; a éstos, bien guarnecidos por el ejército, no pueden acceder. Se producen detenciones, juicios sumarísimos y algún fusilamiento.
...Espartero, informado de los sucesos ordena mano dura, pensando que son miembros comunistas y socialistas quienes encabezan las revueltas. Cuando se da cuenta de las proporciones, envía a un delegado gubernamental a informarse detalladamente de las causas y el desarrollo de los motines, y la evaluación de las medidas adoptadas.
...El Motín del Pan comenzó el día 21 de Junio, y durante ese día y el siguiente se quemaron nueve harineras: tres en Medina de Rioseco (erigidas en el derrame del recién abierto Canal de Castilla), tres en Palencia y otras tres en Valladolid; un Gobernador Civil acabó en el Canal de Castilla medio linchado, las casas de los harineros y comerciantes en granos fueron apedreadas, algunas panaderías asaltadas. Transcribo seguidamente una crónica de aquellos sucesos recogida en el Archivo Municipal de Medina de Rioseco:

“(...) los grupos se habían hecho masas, le habían desobedecido (al jefe local de
la Guardia Civil) y apoderándose del punto del muelle del canal, comenzando a
incendiar la primera fábrica y al punto el señor procurador síndico con algunos
números de la fuerza ciudadana acudieron haber de contener si era posible tan
bochornoso crimen o evitar que tomara mayor incremento y seguidamente lo
hicieron todos los demás obligando a los vecinos que estaban al paso y a otros
que concurrieron a que les acompañasen, se cesó en la sesión por ahora.”

y otra de La Gaceta de Madrid, en una sección titulada "Capítulo de Alborotos":

“A las nueve de la noche del 22 iguales escenas tuvieron lugar en Medina de
Rioseco, sin que las Autoridades pudiesen dominar el tumulto: las casas de los
comerciantes en granos fueron apedreadas, e incendiadas las fábricas
establecidas en el canal, así como los barcos que se hallaban estacionados en el
embarcadero. Una columna, compuesta de tropas del Ejército y Guardia Civil,
salió de Valladolid para aquel punto.”

...Los amotinados intentaron propagar los desórdenes a Dueñas y otras poblaciones sin llegar a alcanzar la virulencia que  tendría en las tres ciudades antes mencionadas. El día 23 de junio se declara la Ley Marcial en las poblaciones inmersas en el conflicto, el ejército protege graneros y depósitos, las autoridades ordenan a los panaderos vender pan a un real. Con estas medidas se logra calmar algo los ánimos, aunque la tensión duraría semanas. El día 29 de junio se procede a la dura represión de los autores de los motines, ya detenidos --cabecillas e incendiariCos--, y tras juicio sumarísimo, como ya se ha señalado, son ejecutadas 21 personas, entre ellas varias mujeres (lo que causaría consternación en Europa). Otros 70 detenidos permanecen en prisión, donde morirán muchos de ellos.
...Las consecuencias políticas del Motín del Pan fueron graves para el gobierno de Espartero que dimitiría poco después, siendo la causa determinante del fin del Bienio Progresista. Además provocó la disolución de la Milicia Nacional por ineficaz. 
...Como triste anécdota diremos que el Delegado Gubernamental enviado por Espartero a verificar la intervención de infiltrados comunistas o socialistas, en su informe, concluiría: "Resumiendo. El causante primero y último de los desgraciados incidentes que han provocado graves alteraciones del orden público en el ya conocido popularmente como Motín del Pan, ha sido uno, y solo uno, tiene nombre femenino: Hambre".

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GALERÍA

Campos de Trigo

Jean-François Millet - The Gleaners
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Vincent Van Gogh
Serie sobre campos de trigo

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El segador - Georges Seurat
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Campos de trigo cerca de Argenteuil - Alfred Sisley
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Campos de trigo - Jacob van Ruisdael
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Campos de trigo - John Constable
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Cosecha mirando al mar - Paul Gauguin
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Durante la cosecha en Ukrania - Ivan Aivazovsky
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Campos de trigo - Monet
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Campos de grano - Berthe Morisot
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El segador - Edward Munch
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Segadores reposando en un campo de trigo - John Singer
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La cosecha - Charles-François Daubigny
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Cosechadoras descansando - Daniel Ridway Knight
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The Last Load - George Cole
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