domingo, 26 de mayo de 2013

Clásicos de Cine. Expresionismo alemán (2) - GALERÍA: Franz Marc


...
...


Días de cine: los antecedentes
.....Dos son las evocaciones que me vienen a la cabeza cuando pienso en el cine más clásico, el primero, el mudo, en blanco y negro. La primera tiene que ver con el primer cuentista de quien tuve noticia: mi padre. Pese a no poseer más que estudios primarios, por preferir ponerse a trabajar con mi abuelo (lo que le costaría una soberana reprimenda de éste, cachetes incluidos), mi progenitor, además de una memoria prodigiosa, tenía grandes dotes para el relato; sin duda alguna hubiera sido un fenomenal cuentacuentos, el auditorio que lo escuchara sólo necesitaba un poco de paciencia, pues solía explayarse no poco en escenarios y personajes (lo que vulgarmente se llama irse por los cerros de Úbeda, mas, en este caso, la excursión montaraz merecía la pena). Era el suyo un contar muy ilustrado, muy gráfico (si hasta me describía con todo lujo de detalles combates de boxeo ¡escuchados por la radio!). Así vi mis primeras películas, ese fue mi primer contacto con el cine. No éstas que van a ser motivo de los siguientes posts, más propias de cine club que de salas comerciales, pero sí aquellas míticas películas de aventuras interpretadas por Douglas Fairbanks padre (magnífico Ladrón de Bagdad), Ramón Novarro (un primerizo Ben-Hur), Rodolfo Valentino (Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, El Caid, Sangre y Arena), Lilian Gish (El Nacimiento de una Nación, Intolerancia), Mary Pickford (que junto a Douglas Fairbanks --con quien se casaría--, Chaplin y Griffith formaría, en 1919, la United Artist), la glamurosa Gloria Swanson, Lon Chaney (un insuperable Jorobado de Nôtre Dame), o, como no, la divina Greta Garbo (protagonista de una cinta sí incluida en la selección de cine expresionista que será objeto de atención aquí, Bajo la Máscara del Placer, e irresistible en El Demonio y la Carne, o en la única e inolvidable Cristina de Suecia, por citar sólo tres ejemplos de su etapa muda), Lugosi o Karloff dando vida a las más inolvidables encarnaciones del mal: el procedente del Ángel Caído y el alumbrado por la loca ambición del hombre, y, por supuesto, Chaplin y Pamplinas (Buster Keaton)... Mi padre me contaba aquellas películas, y en mi mente las prodigiosas piruetas de Douglas Fairbanks, o las increíbles evoluciones del Jorobado/Chaney por los tejados de Nôtre-Dame, o las muecas y gags de Charlot o del hombre de cara triste (Keaton), parecían desplegarse no menos contagiosas y espectaculares que en la pantalla.

.....La segunda evocación está indisolublemente unida a la sensación de miedo pánico, a las primeras veces en que contemplé escenas de aquel cine mudo, en blanco y negro, a través del primer aparato de televisión que entró en casa, uno de aquellos mamotretos en blanco y negro, inicialmente con un solo canal, al que a poco se añadió un segundo (el famoso UHF), donde emitían programas de cine revival, y, en ellos, secciones de cine de aventuras, sí, pero también de cine cómico o de terror. Entre aquellas primigenias imágenes de terror dos se me quedaron grabadas sobre todas: la sombra de Nosferatu subiendo la escalera, o irguiéndose rígido del ataud; y King Kong, un King Kong inmenso (uno anterior al celebrado de Merian C Cooper y Ernest B Schoedsack, con la imborrable Fay Wray, de 1933) al que le llegaban las montañas apenas a las rodillas; también había otras escenas, pero ésas no las ubico. Aquellas imágenes me impedían dormir por las noches; se debía encender la luz, y aún así, recuerdo (aún lo recuerdo) que el miedo me hacía abrirlos, pues al cerrarlos aquellos terroríficos personajes cobraban vida en mi mente, tanta vida como si estuvieran ante mí. A veces me orinaba encima del miedo, pues no quería ni salir de la cama, refugiado en ella y con el embozo tapando mi nariz (dejando mis ojos fuera, para mirar la luz, las paredes, los objetos cotidianos, en una palabra, la realidad carente de aquellos seres causantes del horror más insoportable que, observados en la pantalla del televisor, parecían haber saltado a mi imaginación).

.....Mucho tiempo después, ya en la universidad, intensificaría esa mi afición al cine acudiendo a cuantas proyecciones se realizaran, ya fuere en cines comerciales, en los considerados entonces de arte y ensayo, o en los diversos y más comprometidos cine-clubs universitarios, donde podían verse films que de otra forma hubiera resultado imposible ver. Fue así cómo descubrí a Bergman, a Dreyer, a Jean Vigo, a Cocteau, pero también a Passolini, a Fellini, a Visconti, a Vajda, a nuestro menos conocido Buñuel, y claro, también a los expresionistas alemanes. Entonces se hacían ciclos de cine continuamente. Hablamos de la década de los 70's, de cuando Franco firmaba, ya con dedos temblorosos, sus últimas ejecuciones; Franco eternamente agonizante conectado por medio de una maraña de tubos a mil máquinas; y, por fin, Franco muerto, increíblemente muerto, ya casi nada, apenas nariz de buitre asomando, del guiñapo que su cuerpo era tras la larga agonía, entre las sábanas de su lecho mortuorio. La efervescencia social se reflejaba, como no podía ser de otra manera, no sólo en el tejido laboral, en las fábricas, en las calles de las grandes capitales, sino en las universidades; las carreras ante los grises se llegaron a convertir en una especie de deporte universitario, las interminables asambleas en los paraninfos, los foros de debate, las jornadas de discusión a la que acudían los intelectuales más comprometidos (Savater, Arrabal, Fernández Buey) y los cantautores más prohibidos (Raimon, Luis Pastor, Paco Ibáñez). También era época en que se veía, y se consumía con avidez, mucho cine, cine social, cine político, cine irreverente, cine independiente, cine experimental, las vanguardias, pero también los orígenes, y, entre éstos, aquellos cineastas que dotados de un inconmensurable sentido poético (fue entonces cuando se forjó la expresión de cine como 7º Arte --algo que probablemente, hoy, no hubiera ocurrido) realizaban obras que semejaban pinturas en movimiento, sueños en realización, obras de arte no sólo para ver y sentir la belleza intrínseca de la forma, sino para pensar y sentir su caudal ilimitado de significados en el fondo. El cine era una fábrica de sueños, pero también un atelier de artista, de donde salían verdaderas obras maestras del relato en celuloide capaces de dar respuestas abiertas a cada alma que allí, en la oscuridad sideral y sagrada de la sala, en ese útero onírico en que se convierte una sala de cine cuando las luces se apagan, se entregaba a su contemplación.

.....Tiempos de cineforums, de jornadas cinéfilas, de ecología y de cine ecológico, de sociología y cine sociológico, de política y de cine político. Tanto tiempo sin libertad es lo que tiene: cuando se recupera, fluye a borbotones, imparable, abriendo cauces, derribando barreras, llevándose a su paso la basura, limpiando las conciencias. El cine era una herramienta inmejorable, muy práctica y satisfactoria para realizar esa labor de limpia y de siembra. Las mentes, tanto tiempo en barbecho, tanto tiempo gozando de la planicie mesetaria, tanto tiempo yermas, apenas alimentadas por monótona vegetación de secano, ansiaban absorber un inmenso caudal de información, de contenidos culturales, de estímulos intelectivos y creativos. El cine proporcionaba todo esto, y la discusión posterior, ese compartir de sugerencias, de sensaciones, de imágenes interiores que se hacían, así, exteriores. Nos llegaba tarde, a España, esa efervescencia libertaria de los años Sesenta, y los quisimos aprovechar recetándonos dosis masivas de estímulos: cine, teatro, música, anfetaminas, marihuana y alcohol, eso siempre, la droga nacional (que yo siempre intenté que fuera con criterio, mi sensibilidad de gourmand  y mi dubitativa salud así me lo demandaba).
.....Y venga a chorros, Bergman, y Pasolini, y Fellini, y Bardem (Juan Antonio), y, me repito, Buñuel, y, además, Kubrick, y Losey, y Resnais, y Godard, y Truffaut, y tantos y tantos. Todos los absobíamos como esponjas. Y después llegaron los japoneses, el cine doméstico y familiar, tan sensible, de Ozu; el social-tradicional de Mizoguchi; el espectacular y occidentalizado de Kurosawa; pero también el arriesgado de Oshima, el comprometido de Imamura, el implacable de Ichikawa. Todo lo absorbíamos y, absorbiéndolo, nuestra mente, nuestra sensibilidad, nuestra creatividad, se iba abriendo como un capullo largamente cerrado. Y sólo después volvimos a los inicios, cuando tras el cine de los setenta, aquel cine hecho a base de estertores y denuncia, vimos que el cine se acababa, que el cine como fábrica de sueños se estaba convirtiendo en factoría para dormidos. Y entonces, los cinéfilos, dirigimos la vista atrás, muy atrás, cerrando el círculo de nuestra memoria, hasta toparnos otra vez con el blanco y negro: el buen cine negro/policíaco, las obras maestras de imaginación y guiones portentosos, pero también, más atrás, traspasando la barrera del sonido y adentrándonos en el paraíso del silencio, un silencio plagado de imágenes de infinita belleza, de gestos y sobreactuación, de candor y encanto, de asombro y escalofrío. Accedimos a aquellos albores en que Fritz Lang, y Murnau, y Griffith, y Chaplin, y Keaton, y Walsh, y La Garbo, y Valentino, y tantos y tantos, comenzaban a construir en serio el suntuoso edificio del cine.

-o-

  

FILMOTECA 2

.....Fritz Lang y Murnau, Murnau y Fritz Lang. Tres films, tres géneros distintos, tres formas de elucidar la cuestión humana:
.....- Uno, histórico: la gran epopeya germana (los tintes de exaltación de la raza --aria--, debidas a la guionista, la mujer del director, Thea von Harbou, filonazi, se dejarían sentir, están presentes en la cinta, lo que en modo alguno desmerece su calidad), Los Nibelungos es un festival de puesta en escena, de escenarios oníricos, de contraluces y un poderoso blanco y negro donde el color no es preciso para expresar este mundo arcano, donde dioses y hombres dialogaban, se amaban y conspiraban. Es fácil ver, y oír, a Wagner tras las escenas; se podría decir que es una ópera muda donde en un segundo plano, invisible como el portador del casco sagrado de la Walkiria, la poderosa o lírica música, los recitativos cantados, las arias y los leit motiv de la partitura del Anillo del Nibelungo están presentes. 
.....- Otro, de misterio y terror psicológico. No menos mastodóntica (más de cuatro horas de duración tiene la gozosa culpa) es esta segunda cinta que aquí se presenta de un portentoso Fritz Lang. El Doctor Mabuse, ser inquietante, simbólico, a través del cual se trata la eterna cuestión del destino del hombre, del azar y la fatalidad, del juego y de la muerte (las dos partes, en sus subtítulos, El Jugador y El Infierno, son sufucientemente expresivas).
.....- Y, el tercero, dramático. Murnau aquí nos presenta, en El Último, un magnífico film donde lo fantástico es la vida misma, la realidad misma dada la vuelta. Historia del ser humano, de su devenir, cuando está sometido al imperio del cambio y la degradación. Prefigura al gran cine japonés de la famosa tríada (Ozu, Mizoguchi, Kurosawa). El hombre frente a sí mismo, frente a su propia historia y consideración. La menos fantástica de las tres resulta, así, la más fantástica, pues nos cuenta cosas que le suceden al ser humano con demasiada frecuencia, pero nos lo cuenta desde dentro, perspectiva inusual, y por ello, precisamente, impregnada de fantasía, de esa irrealidad con que se nos presenta la realidad cuando nos parece increíble.

5.

.......

Doctor Mabuse, el Jugador (Doktor Mabuse, der Spieler)
Año: 1922
Duración: 272 minutos
Director: Fritz Lang
Guión: Thea von Harbou & Fritz Lang (Novela: Norbert Jacques)
Fotografía: Carl Hoffmann (B&W)
Intérpretes: Rudolf Klein-RoggeAlfred AbelAud Egede Nissen,
Bernhard GoetzkePaul RichterGertrude Welcker
Productora: U.F.A.

Sinopsis
La primera versión cinematográfica del Dr. Mabuse consta de dos partes: “El gran jugador” y “El infierno”. El doctor Mabuse es un villano que no se siente atraído por los bienes materiales, sino por el placer que le proporciona jugar con el destino de los hombres. (FILMAFFINITY)
.
Al estar desactivada la inserción de estos archivos, ofrezco los links de las dos partes de la película en YouTube. Es versión original con subtítulos en inglés:

Dr Mabuse, the Gambler (1922):  Part 1
Dr Mabuse, the Gambler (1922): Part 2

-o-o-

6.

...

Los Nibelungos (Die Nibelungen: Siegfried + Kriemhilds Rache)
Año: 1924
Duración: 288 minutos (143 min + 145 min)
Director: Fritz Lang
Guión: Thea von Harbou
Fotografía: Carl Hoffmann, Günther Rittau, Walter Ruttmann (B&W)
Intérpretes: Margarete SchönRudolf Klein-RoggeGeorg JohnTheodor LoosHans Adalbert von SchlettowBernhard GoetzkeErwin Biswanger
ProductoraUFA

Sinopsis
Adaptación de una serie de leyendas germanas sobre los nibelungos, seres que habitan entre la niebla. Narra la historia de Sigfrido, hijo de un rey, que, tras forjar una maravillosa espada y convertirse en un hábil herrero, debe volver al castillo de su padre. Sin embargo, impresionado por la historia de la bella princesa Krimilda, decide conquistarla. Abandona entonces el castillo paterno con el propósito de vencer a un dragón, cuya sangre hace invulnerable al que se baña en ella. (FILMAFFINITY)
.
Versión original



-o-o-

7.

......

Der Letzte (El Último)
Año: 1924
Duración: 94 minutos
Director:  F.W. Murnau.
Guión: Carl Mayer
Fotografía: Karl Freund (B&W)
Intérpretes: Emil Jannings, Maly DelschaftMax HillerEmilie KurzHans UnterkircherOlaf StormHermann VallentinGeorg JohnEmmy Wyda
Productora: UFA

Sinopsis
Históricamente reconocido como el primer film que explotó el movimiento de cámara, todo un clásico del cine mudo del maestro Murnau. Narra cómo un portero de un lujoso hotel, un anciano orgulloso de su trabajo y respetado por todos, es bruscamente degradado a mozo de los lavabos. Privado de su antiguo trabajo y del uniforme que le identifica, intenta ocultar su nueva condición, pero su vida se desintegra lentamente. (FILMAFFINITY)
.
Versión original, con subtítulos en inglés



.
Un making of interesante del film:



-o-o-

GALERÍA

EXPRESIONISMO



Franz Marc
1880-1916

Animalia
1910-13

Nude with Cat, 1910
.
Nude Lying In The Flowers, 1910
.
Horse in a landscape, 1910
.
Bathing Girls, 1910
.
Weasels Playing, 1911
.
Woodcutter, 1911
.
Young Boy with a Lamb, 1911
.
The Yellow Cow, 1911
.
The Steer (The Bull), 1911
.
The Large Blue Horses, 1911
.
The Little Blue Horses, 1911
.
Resting Cows, 1911
,
Grazing Horses IV (The Red Horses), 1911
.
Haystacks in the Snow, 1911
.
Deer in the Snow, 1911
.
Dog Lying in the Snow, 1911
.
Donkey Frieze, 1911
.
Crouching Deer, 1911
.
Blue Fox, 1911
.
Blue Horse I, 1911
.
Two Cats, Blue and Yellow, 1912
.
Tiger, 1912
,
The Red Deer, 1912
.
The Monkey, 1912
.
Sleepimg Shepherdness, 1912
.
Shepherds, 1912
.
Resting Horses, 1912
.
Red and Blue Horse, 1912
.
Pigs, 1912
.
Playing Dogs, 1912
.
Little Blue Horse, 1912
.
Little Yellow Horses, 1912
.
Girl with Cat II, 1912
.
Deer in the Forest II, 1912
.
Cows, Yellow-Red-Green, 1912
.
Animal legend, 1912
.
A Dog, 1912
.
In the Rain, 1912
.
The Dream, 1912
.
Three Horses, 1912
.
Two Horses, Red and Blue, 1912
.
Tiger, 1912
.
The Waterfall, 1912
.
Three Cats, 1913
.
Wild Pigs, 1913
.
The Unfortunte Land of Tyrol, 1913
.
The Tower of Blue Horses, 1913
.
The Birth of the Horse, 1913
.
Lion Hunt (after Delacroix), 1913
.
Fairy Animals, 1913
.
Four Foxes, 1913
.
Gazelles, 1913
.
Fighting Forms, 1914
.
-o-o-o-