sábado, 1 de junio de 2013

5ª Sinfonía de Beethoven: Del Destino (I) - GALERÍA: Música y Pintura (1300-1500)




Aviso
.....La perspectiva desde la cual se va a abordar el tema elegido, la Quinta Sinfonía beethoveniana, no va a ser la del docto músico, ni siquiera la del crítico musical, sino la del oyente, la del melómano, la de quien mantiene una escucha atenta, incluso activa, pero alejada del frío análisis técnico. Este será, pues, un ejercicio pseudo ensayístico en dos capítulos de alguien (yo mismo) que escucha -con atención- y disfruta -con delectación- la música. No se espere pues una terminología exhaustivamente técnica (pero sí documentada), sino la debida a una expresión de emociones razonadas, suscitadas por la audición de esta obra.
.....Desde lo general a lo específico, desde la visión del escenario -la realidad- en el cual el bosque musical está inmerso, a la observación más atenta del magnífico árbol -manifestación soberbia de esa realidad- con que se yergue -y del bosque destaca- la Quinta de Beethoven.
.....Caminante por una existencia plagada de maravillas (obviemos ahora la fealdad, también presente), me detengo ante una, sinfónica, de las más cautivantes, de las más subyugadoras; una maravilla creada por una mente asombrosa que si poco dotada para la melodía (Stravinsky dixit), en cambio ha sido la más poderosa y exhuberante, la más rica en ideas (siempre con permiso del genio de Eisenach, el divino Juan Sebastian Bach), la más penetrante, la que fue capaz de alumbrar una obra que en ningún momento ha sido relegada ni es cuestionada. 
.....Sinfonista inigualable, no por la cantidad (ahí Haydn es intratable), ni por el preciosismo de la factura (ahí Mozart es incuestionable), sino por la intensidad y profundidad, por la innovación, en este caso sí, casi revolucionaria de sus creaciones. Nueve le bastaron (frente a las 104 del Padre de la Sinfonía, o las 41 del genio de Salzburgo), y, de las nueve, cinco fueron troncales para la música posterior: la 3ª o Eroica, la 5ª (o del Destino), la 6ª o Pastoral, la 7ª (o "Apoteosis de la Danza", según Wagner) y, sobre todas, ese monumento al genio humano que es la 9ª o Choral.
.....Hasta aquí el Aviso, comience ya el corpus del primer post: la descripción del objeto que es deseo y voluntad, creado (compuesto) en torno a la idea de una sublime disputa entre el Destino y la Gloria.
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Consideraciones generales
.....Hay quien coloca a la música en la quinta dimensión (considerando al tiempo como la cuarta). Es un hecho que el ser humano percibe tanto las tres dimensiones físicas que definen y describen estructuralmente a todos los cuerpos, como el tiempo, ese transcurrir mientras los cuerpos modifican su estructura (si bien hay quien le niega existencia -al tiempo- relegándolo a una percepción virtual, falsa, aduciendo que lo que existen son los fenómenos, las manifestaciones, de los cuerpos pululando por las tres dimensiones conocidas, y que la dinámica de éstos es la que crea la percepción engañosa del tiempo; de hecho es parte de su justificación para explicar que la percepción del tiempo no sea siempre uniforme; pero ¿y si la dimensión-tiempo es así: no uniforme, elástica, relativa?). Llamémoslo como lo llamemos, el tiempo --o su sensación-- es un hecho empírico, o un convencionalismo para entendernos. Es tiempo primordial, esencial para el hecho melódico y musical. La escala tonal se desarrolla sobre un pentagrama en orden a la duración de cada sonido y a la disposición compositiva. Lo curioso y sorprendente de la música, de su lenguaje, de su expresión, es que necesita y utiliza, pero rebasa, los ámbitos de las dimensiones conocidas --incluyendo aquí el tiempo como cuarta dimensión. Su acción va más allá de lo físico, aunque transportado por lo físico; su efecto se extiende, traspasándola, la conciencia del ser humano, allá donde ésta se encuentre (que, barruntamos, no ocupa lugar, ni está sometida tiempo alguno). Podemos llamar a este ámbito, siquiera en sentido figurado, Quinta Dimensión, pues, a falta de una descripción más exacta y veraz.

.....El sonido es invisible, pero no por ello deja de existir. Se propaga por el aire, este aire tan especial que es también el culpable de nuestra existencia y de la vida en general, gracias a las vibraciones de las partículas en él presentes. En el vacío el sonido no se propaga: una orquesta tocando en la ingravidez del espacio vacío (si ello fuera posible) semejaría un grupo de marionetas trasteando, silenciosas, sus instrumentos; una soprano o un tenor, en ese mismo vacío, gesticularían intentando cantar sin lograr que de su garganta saliera el menor acorde; las aves no lograrían hacer oír sus trinos, el rugido del león se apagaría en sus fauces, los torrentes permanecerían mudos. Pero nuestro mundo no pertenece al rango de los espacios vacíos; nuestro mundo está lleno de las condiciones precisas para que la vida florezca, para que los sonidos se propaguen, para que la música se exprese y, expresándose, emocione.

.....¿Es la música una mera percepción auditiva? ¿Se debe sólo a la acción física del sonido modulado y melódico sobre nuestro cerebro? ¿Por qué es la música capaz de infundir estados de ánimo en el oyente? ¿Qué relación tiene ese melodioso vibrar con nuestro alma? Tal pareciere que la vibración musical, en principio manifestación meramente física, incidiera directamente en ella, y allí, perfundida en el ámbito inmaterial que le es propio, desencadenara una reacción en cadena causante de más o menos intensas modificaciones. Quizás sea esta capacidad para obrar en el ámbito espiritual del ser humano lo que lleva a concebir a la música como signo manifiesto de una quinta dimensión, que englobara a las otras cuatro. Esta incidencia, esta influencia, esta acción de la música sobre el alma es, por ende, fuente que abona la imaginación, la creatividad; una fuente que no se sabe muy bien dónde tiene su venero, y es este no-saber el que conduce a ubicarlo en los terrenos ignotos de lo irracional. Mas... ¿no se compone la música en base a algo tan razonado y razonable como la armonía, el solfeo, la pauta, la medida? ¿No es el ritmo la consecuencia de la alternancia de periodos concretos en los que las distintas notas juegan entre ellas, se enlazan y se sueltan, se imbrican, se empastan, dialogan entre sí o se ignoran, pero todo, siempre, en base a medidas armónicas --pura matemática? Pero el efecto, ese algo que no puede medirse, que no puede ser sometido al arbitrio de las cuatro dimensiones conocidas, ni tan siquiera al juicio de las exactas reglas de la proporción matemática, esa acción que la música ejerce sobre las mentes --y sobre los órganos figurados de la emoción: los corazones-- escapa a toda medida, porque, además, en cada oyente es distinta, tiene matices y peculiaridades propios e intransferibles, por más que surjan acuerdos puntuales en la expresión de las percepciones individuales: nunca una percepción musical es idéntica en dos oyentes.

.....El compositor, cuando compone, lo hace en base a un universo propio, con referencias que tienen que ver con su experiencia y sensibilidad. Con ello busca provocar en los oyentes --en los otros-- un efecto similar al que él ha experimentado mientras se dedicaba a la labor de creación. Todo compositor pretende la aceptación y el reconocimiento de su obra, y ambos se basan en el grado con que la obra compuesta sea capaz de impresionar, de asombrar, de estimular positiva y satisfactoriamente al oyente, de causar su bienestar sobrevenido a la escucha de esa voz interna, musical, que al compositor se le ha impuesto y que él ha recogido en partitura. Es la capacidad para acceder al otro, de causar su bienestar, lo que el compositor ansía, y una de las dos razones que lo inducen a componer (la otra es íntima y personal: la necesidad que todo ser creativo tiene de dar riendo suelta a su creatividad, de manifestarla, pues si no lo hace la plétora lo reventaría o la esterilidad lo agostaría).
.....Más mérito tiene el compositor que abre nuevas vías, que explora nuevos territorios, que crea, sino de la nada, sí de lo nuevo, pues está anticipándose a algo que aún no está en el espíritu de su tiempo. El riesgo es mayor, pero también puede serlo el éxito obtenido (aunque éste se acabe obteniendo en un futuro no contemporáneo a la vida del autor). En estos casos, al compositor le anima una poderosa fe en sí mismo, una confianza en el venero de donde surge esa creatividad renovadora. En estos casos el compositor, el creador, actúa de augur, hay algo en él de taumaturgo, de heraldo del tiempo por venir. Para ello al compositor le es necesaria la fe, pues no le asiste, ni puede asistirle, ninguna razón, y esta fe es una fe irracional, es un pálpito, es un anhelo imperioso, que no puede ser razonado más allá del hecho de que la vida es puro dinamismo y de que todo debe de ser continuamente renovado: eso es, y no otra cosa, la evolución. La resistencia al cambio es, por otra parte, consustancial a una gran parte del ser humano. Esa ambivalencia entre el explorador y el sedentario, entre el ansia de conquista y la necesidad de tranquilidad, es algo muy humano. La relación entre una y otra pulsión será la que marque el desarrollo de las diversas sociedades, de sus culturas.
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Discografía de Referencia
.....Esta obligada sección será doble, distribuida en los dos posts que componen la propuesta:
.....-(Post I) Por un lado, se adjuntarán una serie de links donde diversos directores darán su versión del primer movimiento de la Quinta Sinfonia en Do Menor, Op 67, de Beethoven. Tiene como fin exponer e ilustrar los diferentes versiones, en relación con el tempo de ejecución. Tendríamos así versiones más rápidas --más briosas--, y versiones más lentas --más solemnes--, y entre estos dos extremos se colocarían la mayoría de versiones. A las primeras pertenecerían las de Richard Strauss y Toscanini, sobre todo, seguidos por Kark y el gran Nikisch; a las segundas, una desmesurada y cadenciosa (larguísima) de Knappertsbusch, la de Klemperer, Bernstein o la del insuperable Furtwängler; entre ellos: la mayoría, quizá menos personales, pero no por ello menos acertados.
.....Además para poder establecer una comparativa con las versiones que se incluirán en el siguiente post (y que son tenidas como las de tempo más canónico), se adjuntará una lista con algunas de las versiones más rápidas, o de tempo más ágil (fuera del canon, pero no por ello, de menor calidad). entre ellas una de Arturo Toscanini, quizá el director más singular del siglo XX, genial y de fuerte carácter, su estilo particularísimo aquí está patente en una versión llena de fuerza (menos lírica, pero en varias fases más espectacular que casi todas las demás); como curiosidad también se adjuntan a la lista el primer registro grabado de la Quinta a cargo de Friedrich Kark, y la versión de Arthur Nikisch, ambas de pésimo sonido (procedentes de discos de pasta para gramófono de aguja de acero).
.....-(Post II) Por otro lado, como no podía ser de otra forma en un furtwängleriano convencido como yo, se ofrecen seis versiones de la Quinta dirigidas por el más beethoveniano de todos los directores, quien mejor supo recoger y expresar el espíritu del genio de Bonn: Wilhelm Furtwängler. Entre ellas están: un increíble registro de 1926 (así suena, incluido aquí más como curiosidad); una formidable y canónica interpretación de 1937 --la más lírica--; las de 1943 y 1944 --en plena guerra---, llenas de dramatismo y sonoridad, como si aquí la fatalidad fuera quien acabase venciendo, contra lo que sugiere la partitura; la de 1947, donde la victoria conseguida no parece sino pírrica, quizá la menos luminosa de todas las versiones aquí ofrecidaas, por momentos incluso puede percibirse el oboe especialmente lastimoso; y la de 1954, solemne y majestuosa, glorificada, de fe recobrada, de esperanza renovada, de aceptación de una victoria que ha supuesto dolor y frustración, pero victoria al fin y al cabo: vida, vida que sucede a la fatalidad y a la muerte, surgida de la muerte, vida incontenible (que sería como una propia aceptación de la muerte generadora --la del director, que moriría ese año-- que ya dejaba oír los pasos tras la puerta).
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Versiones del 1º Movimiento (y su duración) de la 
Sinfonía No 5 en Do menor, op 67, de Ludwig van Beethoven
(Hacer click sobre el nombre. En algunos enlaces aparece la sinfonía completa ante la imposibilidad de hallar sólo el archivo del 1º Mvt)

Richard Strauss (1928) - 1º Mvt: 5:45
Arturo Toscanini (1952) - 1º Mvt: 6:07
Friedrich Kark (1910, Primer registro grabado) - 1º Mvt: 6:30
Arthur Nikisch (1913) - 1º Mvt:  6:45
Felix Weingartner (1927)- 1º Mvt: 7:04
Mariss Jansons (2012) - 1º Mvt: 7:08
Leopold Stokowski (1969) - 1º Mvt: 7:08
Pierre Monteux (1995) - 1º Mvt: 7:09
Erich Kleiber (1950) - 1º Mvt: 7:13
Herbert von Karajan (1985) - 1º Mvt: 7:15
Carlos Kleiber (1974) - 1º Mvt: 7:17
Yevgeni Mravinski (1974) - 1º Mvt: 7:27
Riccardo Muti (1988) - 1º Mvt: 7:30
Fritz Reiner (2010) - 1º Mvt: 7:33
Willem Mengelberg (1937) - 1º Mvt: 7:44
Daniel Barenboim (2012) - 1º Mvt: 7:55
Wilhelm Furtwängler (1943) - 1º Mvt: 8:13
Carl Bohm (1993) - 1º Mvt: 8:28
Leonard Bernstein (1977) - 1º Mvt: 8:35
Otto Klemperer (1961) - 1º Mvt: 8:50
Hans Knappertsbusch (1962) - 1º Mvt: 9:55

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Versiones íntegras de tempo rápido
Sinfonía No 5 en Do menor, op 67, de Ludwig van Beethoven
Arturo Toscanini (NBCO, 1954) - Felix Weintgartner (BSO, 1932) - Willem Mengelberg (CGO, 1940) - Yevgeni Mravinski (LPO, 1972) 
Carlos Kleiber (WPO, 1974) - Richard Strauss (BSO, 1928) - Friedrich Kark (OSO, 1910) - Arthur Nikisch (BPO, 1913)


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GALERÍA

Música y Pintura (1300-1500)

Coronation of the Virgin, 1300 - Italian Mosaic Artist
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No. 12 Scenes from the Life of the Virgin: 6. Wedding Procession, 1304-1306 - Giotto di Bondone
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No. 12 Scenes from the Life of the Virgin: 6. Wedding Procession (detail), 1304-1306 - Giotto di Bondone
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St Martin is Knighted, 1312-17 - Simone Martini
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St Martin is Knighted, 1312-17 - Simone Martini
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Musician playing the Organ c 1400 - Gentile da Fabriano
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Wedding Casquet with the Triumph of Venus, 1421 - Giovanni di Paolo
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The Coronation of the Virgin, 1430-32 - Fra Angelico
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The Coronation of the Virgin (detail), 1430-32 - Fra Angelico
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The Madonna Humility, 1433-35 - Fra Angelico
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Angels singing and play music, Ghent Altarpiece, 1432 - Jan van Eyck
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Alfonso de Aragón in Triumph with His Court, 1452-58 - Pietro da Milano
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Nativity, 1470-75 - Piero della Francesca
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Nativity (detail), 1470-75 - Piero della Francesca
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Angel Musicians, 1480 - Hans Memling
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Angel Musicians (detail), 1480 - Hans Memling
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The San Giobbe Altarpiece, 1480 - Giovanni Bellini
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The San Giobbe Altarpiece (Detail of Music Making Angels), 1480 - Giovanni Bellini
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Concert, 1485-95 - Lorenzo the Elder Costa
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Mary, Queen of Heaven, 1485-1500 - Master of the Legend os St Lucy
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Marriage of Mary (détail), 1486-90 - Domenico Ghirlandaio
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Marriage of Mary (détail), 1486-90 - Domenico Ghirlandaio
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Coronation of the Virgin, 1493 - Carlo Crivelli
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Coronation of the Virgin (detail), 1493 - Carlo Crivelli
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Madonna and Child entroved with saints, 1498 - Bartolomeo Montagna
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Madonna and Child entroved with saints (detail),1498 - Bartolomeo Montagna
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Madonna and Child with Two Making Music Angels, 1498 - Gerard David
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Madonna and Child with Two Making Music Angels, 1498 - Gerard David
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Allegory of Music or Erato, 1500 - Filippino Lippi
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Triptych of Garden of Earthly Delights (detail), 1500 - Hieronymus Bosch
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