martes, 24 de septiembre de 2013

Heinrich Schütz: Obra (I) - GALERÍA: Hans Memling (1)




Introducción: una sintética visión historicista

.....Qué duda cabe que a estas alturas pocas dudas hay de que la Reforma Luterana fue algo mucho más profundo y determinante, valga decir influyente, que una simple disensión religiosa, un cisma o una contestación dentro de la, hasta entonces, ortodoxa corriente del Cristianismo. La Europa formada sobre la caída del Imperio Romano, que supuso la entrada en la Edad Media, fue una Europa social y culturalmente ligada de forma indisoluble a la religión, al Cristianismo como religión del Estado (desde que el Emperador Constantino la elevó a ese rango, acabando con centurias de tradición pagana y politeísta; es decir, cargándose de un plumazo una forma de entender la vida que hundía sus raíces, y buscaba su sustento y consuelo espiritual, en los mitos y en las leyendas ligadas a la naturaleza, en los que fuerzas poderosas --y desconocidas-- obraban a su antojo sometiendo el destino de los hombres). Poder Civil y Poder Religioso fueron de la mano desde entonces: el uno sustentaba al otro, y el otro hallaba en el uno la justificación a su autoridad y dominio.

.....En el terreno de las artes, esta forma de concebir la vida, este cambio radical, supuso, obviamente, un cambio en la estética y en la temática. Los mitos, si aún presentes, pasaron a un terreno anecdótico, alegórico, en el que se utilizaba su significación y poder alusivo para expresar la supremacía de la moral dominante, que era monoteísta, cristiana. Los modelos, antes de virtud, pasaban ahora a serlo de vicio o inmoderación; donde antes había ejemplaridad vitalista y fuerza enriquecedora, ahora se veía --y utilizaba-- como ejemplo de empobrecimiento y debilitamiento moral. Por otra parte los motivos principales serían los concernientes a la Historia Sagrada, la del Libro, la del Antiguo y la del Nuevo Testamento. Los dioses de los Olimpos y Panteones debieron retirarse para no sufrir escarnio (y aun así, lo sufrirían, como ya he comentado, siendo utilizados como ejemplos de lo equivocado, de lo pagano e inmoral). La música ya no celebraba la vida del hombre, sino la muerte de Cristo; ya no danzaba, sino oraba; ya no acompañaba el libre sentimiento orgiástico del hombre expresándose a la luz del día, sino su recogimiento y enclaustramiento en un diálogo perpetuo con el más allá; ya no era festiva, brotando de un estado de inocencia natural, sino penitente, sangrando de una herida trascendental que lo hacía sentir culpable. Aun así, no toda la música se volvió triste, había cosas, personas o hechos que ensalzar, aunque en su mayor parte no procedieran de este mundo o lo negarán (no lo olvidemos que, junto al diablo y a la carne, figura como uno de los tres enemigos del hombre moral cristiano).

.....Curiosamente, al correr del tiempo, cuando la época más oscura de la Edad Media Baja, dio paso a una menos tenebrosa Edad Media, más inquieta, más culta, más escarmentada de las plagas con que un Dios adusto castigaba a Europa, los ojos de aquellos seres negativamente morales (negación de la vida mundana presente, en beneficio de una vida celestial futura, tras la muerte) se volvieron para mirar hacia atrás, hacia lo que habían dejado en el camino: la alegría de vivir, fundada en el vivir, el de aquí y ahora, y no el de un vivir tras la muerte en un hipotético paraíso. La misma curia, ya más relajada y menos rigurosa, rasgó las tinieblas predominantes desde la muerte de Jesús en la Cruz, y dejó penetrar en sus palacios y sus mentes, el sol del clasicismo, durante centurias postergado y olvidado, vilipendiado y odiado. El advenimiento del Renacimiento (bella palabra, cuya significación va más allá de un mero renacer del arte), trajo consigo un giro en la estética, en las formas, en la concepción y en el objetivo del arte. Ya no se limitó a glorificar o glosar la Vida Cristiana, la Trinidad, el ejemplo de los Santos Mártires, a transmitir el temor de Dios, pintando y esculpiendo infiernos en telas, maderas y piedra, sino que se abrió, derribó barreras, amplió el círculo, comenzó a hacer aguas... Los Papas se convirtieron en promotores de esta Revolución Artística, si bien  guardando las apariencias, revistiendo su moralidad con los ricos perfiles de la Belleza, e incluso, permitiendo desnudar los cuerpos que así, para mayor gloria de Dios, lucían más clásicos y rotundos aún que en la clásica Grecia. La música, en este ambiente más libre, también se liberó de sus ataduras morales, la polifonía vocal se volvía en sí misma más sensual, aunque el espíritu de la letra fuera el mismo. El incipiente avance técnico trajo consigo, en el terreno musical, una mayor complejidad instrumental. La música culta, aun teniendo su casa en la Iglesia, salió de ella, visitó los palacios, y allí se contagió de ese renovado espíritu vital. Las composiciones sacras de este tiempo, corales en su mayor parte, eran difícilmente distinguibles de las profanas: sus ritmos, sus tonos, sus claves, eran compartidos. Si acaso un matiz de solemnidad, un acento de patetismo, una justificación en la secuenciación, en la duración (hasta que llegara la ópera), podía servir de elemento diferenciador.

.....Los ojos no tardaron en acomodarse a este exceso de luz, y el Renacimiento acabaría desembocando (ley del péndulo) en el barroco. Al mismo tiempo este exceso de luz, que no dañaba los ojos de la curia eclesiástica romana (empeñada en que el pueblo siguiera en las tinieblas, mientras ella se bañaba en el brillo de la riqueza), sirvió de excusa y provocó una reacción en el mismo tejido moral de parte del poder religioso. Escandalizado por el proceder romano (sobre todo por la presencia del lujo y el fraude de la venta de indulgencias promovido por un poder Papal cada vez más necesitado de dinero para sus faraónicos proyectos y la necesidad de compra de voluntades entre los jerarcas más díscolos e indisciplinados), Lutero, en primera instancia, y Calvino, después, promovieron con éxito una Refomra que conmovió los fundamentos y pilares de la Iglesia (el Cisma fue un síntoma de la gangrena y división internas). La Reforma luterana trajo consigo mayor austeridad, mayor honestidad espiritual, y mayor división entre la esfera de lo público --y civil-- y la de lo privado --donde debía residir lo religioso. La música, en un primer momento, imbuida de radicalismo, volvió a recluirse en el ámbito sacro, se desnudó --púdicamente, eso sí--, los cantos se convirtieron en salmos, la polifonía en salmodia de himnos. Después, la influencia meridional, italiana, se dejaría sentir: ¿qué de malo había en traspolar lo que de positivo pudiera tener, en el arte, la evolución e inspiración renacentista? Teniendo clara la nueva división espiritual que se extendió como el aceite por todo el norte europeo, los compositores de ese ámbito volvieron grupas y viajaron a la Meca de la creatividad: a Roma, a Italia. ¿Qué mejor que realizar una síntesis de ambos mundos, de ambas perspectivas?

.....En este estado de cosas, en este momento histórico, en este fluir continuo, y en continuo cambio, realizado sin solución de continuidad, se ubica nuestro protagonista, que lo será de los dos siguientes posts: Heinrich Schütz. Él sería el encargado de trazar esbeltos puentes entre el rigor y austeridad norteños y el colorismo y riqueza del sur. Sería el representante más insigne de esta corriente de reflujo que mezclaría las aguas meridionales con las septentrionales. Él se bañaría en mediterráneos mares Tirrenos y Adriáticos. De ellos, de su luz, de su calor, extraería esencias que portaría hasta su más oscura y fría tierra. Tras él, un soberbio Buxtehude continuaría la labor, extendiéndola al ámbito instrumental, y dotando de mayor complejidad el vocal, pero, sobre todo, sentando las bases del sólido edificio organístico, algo exclusivo del Norte, producto de su idiosincrasia luterana, más proclive a levantar invisibles edificios sonoros dentro de sus templos que a poblarlos de imágenes --cuasi-- paganas. La obra de síntesis la culminaría el genio excesivo de Johann Sebastian Bach (apoyándose en sus los insignes precursores citados, pero también en Pachelbel). Bach lograría una síntesis tal, que su música es la música sin fronteras (ni temporales ni espaciales) por antonomasia, fundadora de estilos y de corrientes, influyente como ninguna, cuyo eco aún se escucha y transforma el panorama musical, no sólo culto, sino popular. Música ubicua que tuvo su origen más inmediato en ésta que aquí, en dos entregas, presento, la de Heinrich Schütz.


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OBRA (I)

Se adjunta la casi totalidad de la obra de Schütz en archivos sonoros, por orden de catálogo SWV (Schütz-Werke-Verzeichnis). Se especificará en su lugar con color rojo aquellas de las que me ha sido imposible encontrarlo (especialmente los Opus 13 y 14), así como se precisará las obras, de las que sí se adjuntará muestra sonora, que, sin pertenecer a uno de los catalogados como Opus, por su relevancia, lo merezcan.

Il Primo Libro de Madrigali (Opus 1SWV 1-19)
Cantiones Sacrae (Opus 4SWV 53-93)

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Psalmen Davids (Opus 2, SWV 22-47)
Psalm 119, Swanengesang (SWV 482-494)


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Symphoniae Sacrae I (Opus 6, SWV 257-276)
Symphoniae Sacrae II (Opus 10, SWV 341-367)
Symphoniae Sacrae III (Opus 12, SWV 398-418)


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ENLACES DE INTERÉS

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 Heinrich Schütz

Catálogo de Obras
Schütz Werke-Verzeichnis (SWV) 


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GALERÍA


Hans Memling
1430-1494

1
Años 1463-1475

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File:Memling-fugidaEgipte.JPG
Polyptych Hulin de Loo (Atribution uncertain). 1463
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The Presentation in the Temple. 1463
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The Presentation in the Temple (detail). 1463
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Virgin and Child Enthroned with Two Musical Angels. 1465-67
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Virgin and Child in A Landscape. (¿?)
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Triptych of Jan Crabbe, open. 1467-70
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Triptych of Jan Crabbe, closed (Annunciation). 1467-70
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Tomasso Portinari and His Wife. c 1470
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Maria Magdalena Baroncelli. 1470
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Triptych of Adoratión of the Magi (Prado). c 1470
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Triptych of Adoratión of the Magi (wings), Nativiy and Presentation in the Temple. 1470
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Triptych of Adoratión of the Magi (panel central)Adoratión of the Magi. c 1470
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Scenes from the Passion of Christ. c 1470-71
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Triptych of Last Judgement (open). 1467-71
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Triptych of Last Judgement (wings inside). 1467-71
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Triptych of Last Judgement (panel central). 1467-71
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Triptych of Last Judgement (Triptych closed). 1467-71
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Periodo Medio, 1470-1480


London Panel: St John and Hl Laurentius. c 1470-80
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Portrait of Milles Joye. 1472
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Virgin and Child with St Anthony the Abbot and a Donor. 1472
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Young Man at Prayer. 1475
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Portrait of a Old Man and a Old Woman. 1470-75
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The Martyrdom of St Sebastian. c 1475
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Portraits of Willhem Moreel and His Wife. 1475
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The Virgin Showing the Man of Sorrows. 1475 or 1479
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Lamentation. 1475-80
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Chirst Giving His Blessing. 1478
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Portrait of a Man with an Arrow. 1478-80
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The Mystic Marriage of St Catherine. 1479-80
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Portrait of a Man. 1478-80
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